Los entelodóntidos fueron un grupo de bestias prehistóricas muy parecidas al cerdo y jabalí actuales, pero bastante más robustas. Además de ello, estaban provistos de dientes mucho más grandes y afilados, como así también de patas largas, lo que hace pensar que fueron avezados corredores.
Un monstruo de cuatro patas. |
Dentro de esta peculiar familia de seres extintos hace unos 19 millones de años figuró el más grande de todos: el Daeodon shoshonensis ("Diente terrible"), el cual medía 1,80 metros de altura en cruz (desde las patas hasta los hombros), llegando a tener dimensiones muy similares a las de un búfalo actual. Uno de los caracteres más particulares de esta bestia fue su enorme cabeza, la cual estaba conformada por un cráneo de 90 centímetros de largo, en el cual podía apreciarse una mandíbula realmente poderosa y un arsenal de dientes no menos intimidantes.
Esta fornida criatura habitó en Norteamérica durante el Oligoceno y el Mioceno, hace unos 29 a 19 millones de años. Si bien habitó una vasta zona geográfica, tampoco puede decirse a ciencia cierta que haya sido un animal muy abundante.
El Daeodon bien podría ser considerado como "el cerdo del infierno", no sólo debido a sus enormes dimensiones sino a que también era un cuadrúpedo que comía carne. Si bien se ha logrado determinar que era omnívoro (se alimentaba casi de todo), su dentadura estaba perfectamente diseñada para desgarrar a otros animales, ya sea vivos o muertos. Es decir, este chancho terrorífico no sólo era un efectivo carroñero, sino que además era un temido cazador.
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