Durante la prehistoria, buena parte del mundo estaba cubierta por bosques, estepas y llanuras. Fue en ese contexto dónde se dieron las condiciones necesarias para que un animal sobrepoblara el globo terráqueo: el Mastodonte. Hablar de este proboscídeo es referirse al paquidermo más exitoso que haya existido, ya que sus manadas pastaron en los prados de toda América y Europa, además grandes extensiones de Asia y África.
El mastodonte era un mamútido que conformó la base de la familia Mammutidae o Mastodontiae, y estaba muy emparentado con los verdaderos mamuts (los cuales pertenecían a una familia distinta llamada Elephantidae). Este cuadrúpedo herbívoro apareció en el mundo hace 20 millones de años durante el Oligoceno, y terminó de extinguirse recién hace unos 8 mil años (Holoceno), debido una vez más a la caza indiscriminada por parte del ser humano.
Un animal lanudo y amistoso |
Al igual que todos los proboscídeos que han terminado por extinguirse, la cruel cacería por parte del hombre jugó un papel preponderante. Apenas el humano aprendió a cazar, la población de mastodontes fue disminuyendo dramáticamente, y aquel verdadero "imperio" que alguna vez se extendió por cuatro continentes terminó por transformarse en lastimeros rebaños que en vano intentaban esconderse de un predador mucho más inteligente y despiadado que él, contra el cual jamás pudo encontrar un mecanismo de defensa. Los últimos días del mastodonte fueron aún más tristes: los escasos individuos que iban quedando perecieron víctimas de una epidemia de tuberculosis, la cual terminó por sepultar para siempre a uno de los animales más maravillosos que haya conocido el planeta.
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