Si bien en las
películas este animal prehistórico aparecía caracterizado como un verdadero
titán, en realidad no lo era tanto: de hecho, su tamaño era levemente inferior
al del elefante africano actual
El Mammuthus
primigenius es lejos el mamut más conocido en la actualidad, principalmente
por sus múltiples apariciones en películas que relataban la dura vida que
llevaban los hombres de las cavernas durante el Pleistoceno. Denominado también
como “mamut lanudo” o “mamut de la tundra”, este proboscídeo prehistórico
era individualizable por su cuerpo extremadamente peludo, lo que le permitió
adaptarse con relativo éxito a los crudos tiempos de la inhóspita Edad del Hielo.
Elefante y mamut primigenio |
Hasta donde ha logrado determinar la ciencia, se sabe que el
mamut primigenio vivió en lo que actualmente son Siberia y el extremo más
septentrional de Norteamérica. Los primeros restos completos de este mamífero
fueron encontrados en 1806 en Rusia. Según diversas investigaciones, la principal
causa de la extinción del asombroso Mammuthus
primigenius fue una vez más la caza indiscriminada por parte del hombre, el
cual le puso la lápida hace unos 10 mil años en Siberia y 8 mil años en Alaska.
Sin embargo, hubo una población que logró sobrevivir un tiempo más, aislada en
la isla de Wrangler (frente a las costas de Siberia), la cual terminó por
sucumbir en el 1.700 A.C. Es probable que el último mamut haya perecido al ser
atravesado por una lanza o lacerado por un hacha, como fue la lamentable
constante de las trágicas crónicas primitivas que llenan de sangre el sórdido
legado del ser humano en nuestro planeta.
Uno de los mitos más habituales en torno al primigenio
peludo era su tamaño. En diversas películas se le ve ostentando unas
dimensiones realmente colosales, como si se hubiera tratado de una especie de
montaña viviente. Pero pese a ello, la realidad era diametralmente opuesta, y
por cierto decepcionante para los amantes del cine de ciencia ficción: el Mammuthus primigenius llegaba a una
altura de sólo tres metros y medio, y pesaba seis toneladas, es decir no era
más grande que el elefante africano actual, siendo en la mayoría de los casos
incluso más chico que su pariente cercano que también lucha por no desaparecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario