domingo, 8 de enero de 2017

No confundir al glorioso pueblo mapuche con los terroristas de izquierda: ¡No son lo mismo!

Siempre me sentiré orgulloso de las etnias autóctonas de mi querido Chile. Soy un profundo defensor de mi país y me siento muy patriota, lo cual implica respetar profundamente a todas esas culturas a partir de las cuales nació esta maravillosa nación. Admiro el espíritu de supervivencia de los changos, la originalidad de los selknam, el arte de los diaguitas, el amor propio de los mapuche y el respeto por el entorno de los picunches.
Tótems de la cultura mapuche

Dentro de todas estas culturas prehispánicas de Chile, tal vez la más relevante de todas sea el pueblo mapuche. El mapuche fue un guerrero fiero y valiente. Fueron quiénes frenaron a los incas y más tarde a los hispanos, no por nada fueron "los vikingos del hemisferio sur". Pero tratar de reducir a los araucanos a simples gladiadores es caer en el simplismo, ya que han sido una cultura tremendamente prolífica, poseedores de una orfebrería única, una artesanía maravillosa y una mitología plagada de seres inmortales y poderosos que conjugaban la deidades etéreas con una abundante naturaleza.

Por todo esto es que me molesta cuando algunos hablan de "los mapuche" para referirse a los terroristas de izquierda que hoy en día siembran el terror en La Araucanía, debido a una serie de cobardes ataques y atentados que ocurren en esa región. Hay que saber diferenciar: una cosa es el glorioso pueblo mapuche (con gente humilde, esforzada y honesta), y otra muy distinta son los despreciables delincuentes de ultraizquierda que tienen al sur de Chile atemorizado por el terrorismo. Recién después de establecer este claro límite (y de averiguar quién financia a los violentistas), sólo ahí podemos empezar a enfocarnos a buscar una solución para un conflicto que por ahora parece no tener remedio.

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