lunes, 12 de septiembre de 2016

Acrocanthosaurus: El cazador espinoso del Cretácico

Este dinosaurio existió hace unos 100 a 125 millones de años en la actual Norteamérica. Su principal característica anatómica era una prominente aleta dorsal, que iba desde su cuello hasta la cola

Intimidante. Así era la apariencia del Acrocanthosaurus, un predador del Cretácico que medía entre 11 a 13 metros de largo, y que fue pariente cercano del famoso Allosaurus. Una de los rasgos morfológicos más característicos de este dinosaurio fue la presencia de una serie de crestas dorsales que parecían una enorme aleta, la cual nacía a la altura de su cuello y terminaba al final de su cola.

El tenebroso Acrocranthosaurus existió hace unos 100 a 125 millones de años, llegando a ser uno de los terópodos más respetados y temidos en su momento. Este depredador bípedo sabía de sus fortalezas, pero también de sus debilidades: por eso no perseguía a los animales más ágiles y rápidos que él, sino que les tendía violentas emboscadas con las que abortaba cualquier intento de fuga.
Un eximio cazador

Las fauces de este predador eran un arma mortal para cualquier herbívoro, pero también para otros carnívoros. Sin embargo, a la hora de cazar eran de vital importancia sus garras, con las que sostenía a la presa mientras le daba la estocada fatal con sus filosos dientes.

Al igual que en el caso de muchos otros dinosaurios terópodos, el Acrocanthosaurus tenía un cerebro chico y alargado, muy parecido al de un cocodrilo. Pero lo que más llamó la atención de los investigadores fue el notable desarrollo de sus bulbos olfativos, lo cual deja en evidencia que el olfato pudo haber sido su gran aliado durante esas interminables y agotadoras jornadas donde era el amo y señor de los bosques cretácicos.

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