Todos los relatos folclóricos alrededor del mundo hablan de seres diminutos, traviesos y alocados, llamados duendes. Algunos de ellos son simpáticas criaturas que se dedican a hacer bromas a los humanos que pasan o habitan en ciertos lugares. Pero también están los otros duendes: los malvados, perversos o inquietantes, esos que generan temor e incluso pueden trastornar a la gente. Dentro de este último grupo está El Chuviño, el duende más característico de la mitología del sur de Chile.
El inquietante Chuviño |
Según se divulga en leyendas tradicionales, el Chuviño es un duende pequeño, con un siniestro aspecto de mono o diablillo, el cual lejos de generar simpatía derechamente provoca pánico entre quienes se lo topan. Este bellaco no se caracteriza por causar un daño físico a las personas, pero cuando se les aparece -y a través de cierto poder mental y el terror que infunde- es capaz de producir un intenso shock psicológico, muchas veces irreversible.
El Chuviño, o "duende loco", puede aparecer de día o de noche, y tanto en las zonas boscosas como en los campos e incluso al interior de las casas. Aparte de su facultad de trastornar a los humanos, se dice que tiene el poder de controlar mentalmente a los animales, aunque se trate de criaturas mucho más grandes y corpulentas que él.
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