Según ha podido constatar la comunidad científica, a partir de la década del 70 la población mundial de anfibios se ha visto afectada por una merma constante, no dejando de ser preocupante que año a año siguen aumentando las bajas en forma dramática. Este hecho tiene realmente preocupados a los investigadores y biólogos, razón por la cual desde 1990 empezó a estudiarse a fondo.
Cuidemos a los anfibios |
Lo que primero pudo constatarse fue que la causa de esta merma poblacional era un hongo, llamado Batrachochytrium dendrobatidis, el cual ataca la piel de estos batracios, para finalmente causarles un mortal ataque cardíaco o bien una infección generalizada. Este hecho cobra aún más dramatismo al comprobar que esta cepa ha encaminado a la extinción a decenas de especies y tiene amenazadas a otras tantas.
Sin embargo, un reciente estudio de investigadores de la Universidad James Cook (Australia) llegó a conclusiones que resultan esperanzadoras para muchos de estos batracios que hasta ahora aparecían con las horas contadas. Según pudieron constatar los científicos, los escasos sapos y ranas que han logrado sobrevivir tienen una información genética bastante parecida, lo cual ayuda a su sistema inmunológico a descubrir a los mortales patógenos para así poder contrarrestar su efecto.
Este hallazgo es de vital importancia para poder trabajar en algún fármaco que permita inmunizar o proteger a los anfibios del mundo, para así evitar su posterior desaparición, la cual sin un remedio eficaz podría ser inevitable en algunas décadas más.
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